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22 | 11 | 2017

Pretorianos: la guardia personal del emperador

Noticia Antigua Roma al día

Imperio romano. Dos palabras que evocan poder y leyenda como pocas, encarnadas en la figura del emperador. Pocos han atesorado una influencia tal en la historia de la humanidad y con ella, una envidia aun mayor si cabe. Los pretorianos nacieron como la unidad de elite del ejército romano dedicada exclusivamente a proteger su vida y la de sus seres queridos. Antes incluso de que el primer emperador, Augusto, acabara con la república, los pretorianos ya defendieron con sus vidas a personajes como Marco Antonio y otros muchos. Su verdadera historia ha permanecido tradicionalmente distorsionada tras el crítico velo tejido con esmero por muchos autores clásicos. Ellos eran el escudo y espada del emperador como su guardia personal.

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Convertirse en pretoriano era el sueño de todo militar y la envidia de sus compañeros. Suponía un orgullo de por vida. Compartían su vida con un emperador al que el resto de tropas apenas conocían por su efigie en las monedas con las que les pagaban. Disfrutaban sin freno de los inimaginables placeres que Roma podía ofrecerles y vivirían holgadamente el resto de sus días muchas veces lejos de las privaciones y peligros del frente. Alcanzar todo aquello no era sencillo, solo los más aptos de entre los numerosos aspirantes lo conseguían, y solo tras demostrar su valía en multitud de pruebas.

pretoriano dibujo

Su influencia en Roma propició el ascenso de no pocos emperadores, mientras otros nunca más verían la luz del día tras perder su lealtad. Todos fueron conscientes del enorme riesgo que suponía depositar su seguridad y la de sus seres queridos en manos de aquellos soldados. Más aun cuando, con el paso de los siglos sus episodios de deslealtad comenzaron a ser bien conocidos. Sin embargo, era aun más peligroso prescindir de ellos y quedar expuestos a manos de sus opositores que tratar de asegurar su fidelidad por todos los medios.

A pesar de ello, no parece justo juzgar a cientos de miles de pretorianos, que formaron parte de esta unidad durante sus más de tres siglos de actividad, por las acciones de algunos de ellos, ni devaluar otros muchos logros y acciones meritorias enfrentando el peligro por aquellas mas deshonrosas.banner_colabora
Si comparáramos la participación de pretorianos y legionarios en el acceso al trono romano descubriremos una realidad interesante. Los pretorianos colaboraron decisivamente en la muerte de no menos de 7 emperadores: Calígula, Galba, Didio Juliano, Caracalla, Heliogábalo y tanto Máximo como Balbino. Sin contar al sucesor de Filipo el Árabe, su hijo Marco Julio Severo Filipo, que murió a manos de los pretorianos pero antes de ser nombrado, o a Pértinax por debérselo a los singulares. Del mismo modo, impusieron su criterio para colocar a otros seis gobernantes: Claudio, Otón, Didio Juliano, Alejandro Severo, Gordiano III (como único regente ya sin Máximo y Balbino) y Majencio. Por su parte, los legionarios no se quedaron atrás en esta labor, más bien las superaron ampliamente. Eligieron unilateralmente, a 24 gobernantes: Galba, Macro, Vitelio, Vespasiano, Pescennio Niger, Septimio Severo, Clodio Albino, Macrino, Heliogábalo, Vero, Maximino, Filipo el Árabe, Decio, Treboniano Galo, Emiliano, Valeriano,  Claudio II, Quintilio, Aureliano, Floriano, Probo, Caro, Carausio y Constantino. Por si fuera poco, en sus manos acabó la vida de siete emperadores: Alejandro Severo, Maximino, Emiliano, Aureliano, Tácito, Probo y Caro; sin contar las sublevaciones en que tomaron parte a favor de sus protagonistas como: Claudio Marino Pacatiano, Laelio Ingenuo, Regaliano, Marco Fulvio Macriano, en la creación del Imperio Gálico o la de Domicio Domiciano, entre otras muchas.

legionarios romanos escena marcha

En vista de ello, no solo fueron muy pocos los emperadores romanos que lograron acabar sus días plácidamente o en combate frente a sus verdaderos enemigos, sino que los mayores impulsores de las candidaturas a ocupar la residencia palatina no fueron los pretorianos. Si bien es cierto que el papel jugado por las cohortes pretorianas en estos procesos no deja de ser importante, debemos desmitificar su imagen de “dueños del poder” en favor de sus compañeros. En cualquier caso seamos justos, pues si no podemos condenar a miles de pretorianos por unos pocos, tampoco es adecuado señalar a todas las legiones por los actos de algunas de ellas. Durante más de un milenio de historia romana, las legiones que actuaron para servir a su grandeza llegaron a contarse por cientos, lo que convierte esas proclamaciones en casi excepcionales.
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Arturo Sánchez Sanz – historiador

Para conocer más sobre el tema puedes consultar su libro sobre este cuerpo de elite romano.

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